Cualidades

Qualitats

Un metre i mig de corda (paraula de xerpa). Per Tenzing Norgay.

 He pensado mucho acerca de qué decir acerca de cómo Hillary y yo conquistamos la cumbre del Everest. Más tarde, cuando bajamos de la montaña, hubo muchas discusiones estúpidas en torno a quién llegó arriba primero. Unos decían que fui yo;otros que fue Hillary. Algunos que sólo uno de nosotros llegó arriba, o ninguno. Otros incluso que uno de nosotros tuvo que arrastrar al otro hasta la cumbre. Todo eso son tonterías y en Katmandú, para poner fin a todas estas discusiones, Hillary y yo firmamos un escrito en el que decía "alcanzamos la cumbre casi juntos". Creímos que así terminaría pronto. Pero no terminó. La gente siguió haciendo preguntas e inventando historias. Señalaban ese "casi" y decían, "¿Qué significa eso?". Los montañeros comprenden que semejante pregunta no tiene sentido; que cunado dos hombres están en la misma cuerda están JUNTOS y no hay más .Pero otras personas no lo entienden.

En la India y Nepal, lamento decirlo, se me ha presionado mucho para que dijera que yo alcancé la cumbre antes que Hillary. Y por el mundo entero me preguntan, "¿Quién llegó primero? ¿Quién llego primero?". Vuelvo a decir, "es una pregunta tonta. La respuesta no significa nada." Sin embargo es algo que se ha cuestionado tanto, provocando tantas discusiones y dudas y malentendidos, qué después de mucho pensarlo creo que es preciso dar esa respuesta. Debo aclarar que no voy a hacerlo para mi propio beneficio. Ni para el de Hillary. Es por el amor al Everest y a las generaciones que vengan después. "¿Por qué tiene que haber un misterio en ello?" dirán ellos, "¿hay algo que avergonzarse? ¿Algo que deba ocultarse? ¿Por qué no podemos conocer la verdad?".

Muy bien, ahora conocerán la verdad. El Everest es demasiado grande, demasiado precioso para que haya nada excepto la verdad. Un poco por debajo de la cumbre, Hillary y yo nos detuvimos. Miramos hacia arriba. Y continuamos. La cuerda que nos unia media unos diez metros, pero yo tenia la mayor parte de ella  en la mano,arrollada en anillos, así que sólo había algo más de metro y medio de distancia entre ambos. Yo no pensaba en "primero" y "segundo". No me dije a mí mismo. "Hay una manzana de oro ahí arriba. Voy a empujar a Hillary a un lado y voy a lanzarme a por ella". Subimos con lentitud, sin interrupción. Y entonces llegamos. Hillary pisó la cumbre el primero. Y yo después. Así que esto es. La respuesta al "gran misterio". Y si después de tanta discusión y polémica la respuesta parece sosegada y simple, sólo puede decir que así es como debe ser.

Sé que muchos de entre los míos se sentirán decepcionados. Han dado una importancia grande y falsa idea de que debería haber sido yo "el primero". Todas estas personas han sido buenas, magníficas conmigo, y les debo mucho. Pero debo más al Everest y a la verdad. Si es una deshonra que yo haya subido un paso detrás de Hillary, tendré que vivir con esa deshonra. Pero yo no creo que sea así. Ni creo que, en definitiva, me gane la deshonra por contar esta historia.

Una y otra vez me he preguntado a mí mismo, "¿Que pensarán de nosotros las generaciones futuras si permitimos que las circunstancias de nuestro logro permanezcan envueltas en el misterio? ¿Acaso no sentirán lástima de nosotros, dos camaradas en la vida y la muerte, que teníamos algo que esconder ante el mundo? y cada vez que lo preguntaba la respuesta era la misma."Sólo la verdad es lo suficientemente buena para el futuro. Sólo la verdad es lo suficientemente buena para el Everest".

Ahora está ya dicha la verdad. Y yo estoy dispuesto a ser juzgado por ello. Llegamos a la cumbre. Estuvimos en ella. El sueño se hizo realidad.